lunes, 13 de octubre de 2014

Wïná na awa

El agua es el principio básico para muchas cosas. Sin ir más lejos, la vida en nuestro planeta comienza a florecer hace millones de años gracias a la luz y el agua. Este recurso nos da la vida y nos la quita al mismo tiempo. Según UNICEF 400 niños mueren al día por falta de agua. Miles de niños mueren esperando humedecer sus labios, mojar su cara o sumergir su cuerpo en lo que un día les dio la vida y hoy los mata por dentro. 


Entre enero y abril del 2000 tuvo lugar en Cochabamba (tercera ciudad más poblada de Bolivia) lo que se conoce como "La guerra del agua". Todo empieza por la privatización del abastecimiento del agua potable municipal de esta ciudad. Incluso el agua procedente de la lluvia pasaba a ser propiedad de la empresa Aguas del Tunari; se trataba de un consorcio empresarial formado por las empresas norteamericanas Bechtel y Edison (participaban con el 27'5%), las empresas bolivianas A. Pehicevich y S. Doria Medina y la española Abengoa S.A. que participaba con el 25%. 

La privatización de este recurso básico se tradujo en una subida del 50% en el precio de las tarifas. Las familias en esta zona de Bolivia viven con una media de 2€ al día; por tanto, este incremento hizo que muchos niños dejaran de ir a los colegios, no podían permitirse ir al médico, etc. Tras numerosas protestas, la guerra del agua se llevó la vida de un chico de diecisiete años, ató a la cama a muchos otros que quedaron tetraplégicos y mutiló los brazos y piernas de otros manifestantes. La fuerza del agua se llevó consigo la indignación de un pueblo y arrasó la vida de cientos de personas.



De otra fuente de vida, del mismo río Ébola situado en la República de El Congo (África), se descubre en el año 1967 un virus letal que hace que las personas "estallen" por dentro, casi literalmente. Esto sucede en África desde hace casi cuarenta años; aquel primer brote ocasionó 400 muertes y llamó la atención de los epidemiólogos occidentales. El último informe de la OMS recoge 8.376 casos y 4.033 muertes por ébola. No obstante, este virus ha tenido que llegar a Estados Unidos y a España para ser portada, los casos aislados han ganado otra vez a los miles de muertos en África.


"Wïna na awa" significa "allí y aquí" en Lingala, una de las lenguas que se hablan en la República de El Congo. El planeta Tierra está lleno de aire, luz, personas, animales, agua... Un recurso básico que no vale lo mismo aquí que allí, algo tan básico y esencial que puede utilizarse como un arma de doble filo que unas veces te da la vida y otras te condena a la muerte. 

El ébola tampoco es lo mismo allí que aquí. Allí han muerto miles y aquí encontramos casos aislados que se han convertido en el boca a boca más ruidoso de occidente. El estallido del ébola duele más aquí. Nos queda muy lejos el horror de los nigerianos, guineanas y congoleños. Parece que a Occidente no le importa que allí sigan llorando lágrimas de sangre, al fin y al cabo, están lejos.